Cómo y cuando poner límites a tus hijos

Cómo y cuando poner límites a tus hijos

Los límites son pautas que se les dan a los niños y adolescentes para educarlos, orientarlos y que sepan qué se espera de ellos en la sociedad. Así, el objetivo es que aprendan cómo deben comportarse según qué contextos para que, en el futuro, puedan ser personas funcionales e independientes.

Algunas formas de poner límites son:

  • Dar ejemplo: hay que tener presente que los niños son esponjas que absorben todo lo que observan, por lo que es importante que el adulto sea coherente y cumpla con lo que le está demandando al niño. Por ejemplo: si quiero que mi hijo no insulte, yo tampoco puedo hacerlo delante suyo.
  • Darles órdenes concretas: “Recoge tu habitación antes de salir de casa”, “Quita la mesa después de comer”.
  • Darles órdenes en positivo, no tanto en negativo: “Haz los deberes” vs “No hagas el vago”.
  • Explicarles el porqué de las normas: así entenderán la finalidad de éstas y se sentirán respetados. No valen los “porque lo digo yo”.
  • Cumplir con las advertencias: por ejemplo, “Si no te comes las verduras, no habrá yogur de postre”. Si el niño no se come las verduras, el hecho de darle el postre igualmente le refuerza y se pierde autoridad.
  • Controlar las propias emociones: el mensaje que se le quiere transmitir al niño no es más claro si se utilizan gritos, insultos o conductas agresivas. Es mejor sentarse a hablar con ellos e intentar dialogar sobre lo que ha pasado.

Aunque establecer límites puede convertirse en una tarea difícil, también es necesaria y útil. Algunos de los valores que los niños aprenden con unos límites adecuados son:

  • Respeto.
  • Tolerancia a la frustración.
  • Crecimiento personal.
  • Autonomía.
  • Autorregulación emocional.
  • Percepción de seguridad y protección.
  • Autocontrol.

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